Ha sido raro despertar en mi cama, ver mis posters, no notar
el calor del sol en mi piel o restos de arena en el suelo. A tientas he ido a
abrir las persianas, y es que es increíble que haya olvidado donde estaba mi
mesilla (mi dedo meñique a pagado el pato). El mundo se me ha venido encima al
ver que el cielo estaba encapotado, y más aun al darme cuenta de que hoy es domingo.
Tras un largo suspiro he salido de mi cuarto, arrastrando los
pies y con el pelo revuelto, un envolvente olor a café me ha hecho sonreír, hey,
no es tan malo volver a estar en casa.
Y es cierto, no es estar en casa, ni que sea domingo ni si
quiera es el final del verano lo que me ha tenido todo el día con la cabeza en
las nubes y el estomago del revés, es esa sensación de que empieza el principio
del fin.
Que dramática soy, ¿verdad?
Pasado mañana empiezo las clases (¡NOOOOOOOO!). Mi último año.
No es que me de pereza (que también) si no que tengo miedo. No el miedo típico de
las alturas, ni el miedo a lo nuevo, sino el miedo al fracaso.
Este es mi último año y quiero hacerlo bien, todo, sin
reservas. Quiero ser la mejor versión de mi misma y conseguir todo lo que me
propnga. Acabar todo lo empezado y no darme por vencida.
Tengo la sensación de que esto es una cuenta atrás,y es que
de cierta manera lo es
…
Aun quedan 287 días para el próximo verano.
Me encanta!
ResponderEliminarEs triste ver que queda tanto para el siguiente verano. Me han dado ganas de volver atras.
No tengas miedo y disfruta de este curso porque lo vas a añorar cuando empiezes la uni. Asique animo durante el curso y sigue escribiendo asi de bien!